Recuerdos

A veces me pregunto porque me gustan tanto las noches y podría darme mil respuestas pues son muchas las que tengo, pero hay una qué es la más importante, porque es la noche la única que me deja estar a solas con mis pensamientos, con mis recuerdos, con ese pasado que viví en algún momento.

Y hoy estoy aquí en la oscuridad en esta noche observando al cielo como otras tantas veces, recordando el pasado, cuando era solo era un niño y la recuerdo a ella, la suavidad de su piel al abrazarla, ese olor qué desprenden algunas personas, una mezcla a flores silvestres y bondad, tan dulce, tan radiante, tan elegante y a su vez tan sencilla, con ese pelo blanco recogido en un moño.

La recuerdo en la montaña, sonriendo, rebuscando entre los zarzales para recolectar moras, ha pasado mucho tiempo y mi memoria comienza a tener lagunas, me cuesta mucho trabajo contener las lágrimas, haberla perdido cuando era su momento pues siempre hay un momento para cada uno aunque a veces sea demasiado pronto y me duele porque poco a poco los recuerdos se van desvaneciendo, ni si quiera recuerdo ya su voz, son muy pocos momentos los que retiene mi memoria sobre ella, sobre mi abuela y hace mucho tiempo que ella no volvía a mis recuerdos, quizás demasiado tiempo.

Y rebusco en mis adentros, en mis frágiles recuerdos, que cada vez son los menos, pues mi mente está cansada, enferma y distante, cada día que pasa recuerdo menos, todo se acaba borrando en mi cabeza, intento recordar a todos los que se marcharon, los momentos que vivimos, pero como dije antes, todo se desvanece, todo lo que un día fue bueno acaba terminando en dolor, un dolor que arde en mi pecho, que empapa mis ojos y perturba mis sentidos.

Y es en la soledad de la noche dónde me refugio ahora mismo, ahora y siempre, dónde estoy a solas, dónde todo está oscuro, donde la oscuridad me atrapa y dónde cualquier día solo habrá eso, oscuridad, ni recuerdos ni nada más, entonces estaré vencido, el mundo habrá acabado conmigo pues eso es lo que él hace ayudado por el tiempo, ese que a veces va tan rápido que ni siquiera te enteras y otras veces tan lento que nunca llegas, el tiempo decide para bien o para mal.

Los momentos pasan, los recuerdos vuelan, todo se desvanece cuando llega el momento, nadie se queda aquí para siempre, vienes a aprender y un buen día terminas por olvidarlo todo, tan solo queda esperar que llegue el final y que todos los recuerdos estén ahí contigo porque sin ellos estar aquí es como no estar.

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